En el verano de 1812 el ejército de Napoleón I cruzaba la frontera rusa. Las tropas francesas, 125.000 personas, median sus fuerzas a las de Alejandro I de Rusia, 135.000 soldados. “La batalla de los gigantes” duraba 15 días. Morían 40.000 personas: rusos, franceses, holandeses, españoles, italianos, alemanes, polacos, portugueses, croatas… El campo de batalla, 11 hectáreas, se convertía en lugar sagrado. Allí, en memoria de todos los caídos, se levantaba el Museo Estatal Histórico Militar Borodinó que alberga piezas realmente únicas: objetos personales del Comandante en Jefe del Ejército Ruso, Mijaíl Kutúzov,  y de los participantes de las guerras napoleónicas, pinturas de la batalla, retratos de los héroes, armas, uniformes y porcelanas. Ahora, en la Alhóndiga se pueden contemplar 46 fotografías de algunos de las principales piezas que guarda el Museo Borodinó. Instantáneas de pinturas, grabados y documentos que reflejan aspectos militares: uniformes, retratos de los mandos de ambos bandos, escenas de la más importante de las batallas de...
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